BABA EJIOGBE (BABA EYIOGBE): PATAKÍES, SIGNIFICADO, CONSEJOS, OBRAS O EBBOSES Y SECRETOS.

El trabajo más importante de eEjiogbe en el cielo es su revelación de como la cabeza, que era en sí mismo una divinidad, llego a ocupar un lugar permanente en el cuerpo. Originalmente la divinidades fueron creadas sin las cabezas como aparecen hoy, porque la cabeza misma era una divinidad.

DICE IFÁ EN BABA EJIOGBE:

  • Ifá pronostica cambio y renovación general en entorno laboral y de negocios.
  • Este es un signo de posición y jerarquía para las personas que utilizan un código de conducta adecuado.
  • Hay que evitar el sarcasmo, la arrogancia y sobre todo la discriminación a personas menos afortunadas, de esta manera se obtendrá el Iré que las deidades envían a nuestras vidas.
  • Orunmila dice que el éxito no se espera ni se exige, el éxito hay que forjarlo diariamente.
  • Este Odu nos invita a ser vigorosos y organizados en las actividades que nos competen, al igual que analizar y preguntar a Ifá siempre que se necesite tomar alguna decisión importante.
  • Dice Ifá que debemos apegarnos al Orisha Obatalá. El cual a través de una persona mayor pondrá aprueba nuestra capacidad para ayudar a los demás y así enviarnos un Iré que se refleja como una oportunidad de ascender en posición o Jerarquía.
  • En este Odu Orunmila exige el respeto a los mayores familiares y religiosos.
  • En aspectos de Salud, este signo habla de dolor de cabeza constante generado por estrés.
  • Se debe evitar alzar objetos muy pesados y realizar movimientos bruscos ya que las personas con este Odu tienden a sufrir de la columna vertebral.
  • Es un tabú en Ejiogbe inducir el aborto, pues se producirán perturbaciones físicas y espirituales generadas por los Abikus.
EN ESTE ODDUN NACE:
  1. Colocar coco en el pie izquierdo de la persona a la cual se le realiza un Itá.
  2. El Itá del Santo.
  3. El golpe de estado.
  4. Que la cazuela de omiero la consagración de Santo, no lleve carbón.
  5. El Babalawo de este signo de Ifá no pueda matar animales por gusto sin antes consultar a Ifá.
  6. Orí.
  7. La manifestación del día, como las fuerza de Olorun.
  8. Luto.
  9. El escalafón de Ifá.
  10. El renacer a la vida material por motivos bien definidos.
  11. La dispersión de los idiomas.
  12. Que Olofin se retire del cuarto de Ifá después de su comida el 6to día
  13. A la gba fo guede.
  14. Los Ríos.
  15. Que a Orúnmila solo se le sacrifican gallinas negras por sentencia de Olofin y el pasarle la mano con manteca de corojo y grasa de gallina para que no se ponga ofo.
  16. Los vasos sanguíneos y la linfa.
  17. El porque se le da agua a los Santos cuando vienen, porque vienen sedientos (camino Olofin y los niños).
  18. El lavarle las patas a los animales de plumas que se le sacrifican a los Santos y Orishas.
  19. La gran virtud de la palabra sagrada del Coco (Obi).
  20. La respiración.
  21. El principio que determina que sin oxígeno no hay vida.
  22. El intercambio de energía y fluidos entre los seres orgánicos y su entorno.
  23. El hacer Ashinimá para espantar la Muerte (Ikú).
  24. Aquí: El Awó de este Odu y Ogbe Roso nunca anden juntos.
  25. Hay problema con la válvula Mitral.
  26. Hay que tener, humildad y paciencia.
  27. Habla la columna vertebral y esternón, sostén de la caja toráxico.
  28. Habla la voluntad, de pérdidas y de llanto.
  29. Habla de tres hermanos uno hijo de Orúnmila, otro de Obatalá y el otro de Yemajá.
  30. Habla de caretas y de cegueras.
  31. Habla de ras de mar y de sus nefastas consecuencias.
  32. El cazador que tenía mala situación e Ifá le aconsejó que hiciera Ebó con cartuchera y flechas.
  33. A la Mariposa que se le quemaron las alas por querer volar antes de tiempo.

DESCRIPCIÓN DEL ODUN:

  • En Ejiogbe las dos caras son idénticas.
  • Ogbe está en los dos lados, por eso es que es llamado Ogbe Meji, pero se reconoce universalmente por Ejiogbe.
  • Se llama el Odu del lenguaje doble porque en él hablan tanto lo bueno como lo malo.
  • Hay un balance de fuerzas que siempre es un buen presagio.
  • Este Odu representa el Sol (la Luz), es el principio y el fin de todos los procesos y eventos universales, por esta causa se le denomina (Ye Yesán).
  • Es el hijo directo de Metalofin y de Aiyé.
  • Es el Mesías de Ifá y el Príncipe de los Odus, porque encierra los secretos de la creación y lo positivo y lo negativo.
  • Él es Yin y el Yang.
  • Se relaciona con las aguas, las palmas, la nuez de kolá, las espinacas, la columna vertebral, el esternón, los vasos sanguíneos, y la *linfa.
  • En este Odu nace la respiración.
  • El principio que determina que sin oxígeno no hay vida y el intercambio de energías y fluidos entre los seres orgánicos y su entorno.
  • Este Odu Baba Eyiogbe manda en la tierra y asegura un buen augurio durante el día, mientras Olorun esté alumbrando.
  • Es él el encargado de mantener la vida de todo y su perfecto equilibrio mientras existe luz.
  • Es el rey de la procreación, pues la luz es la fuente principal para este principio.
  • En este Odu «Baba Ejiogbe» se rige todos los procesos y leyes naturales, a escala cósmica, mientras hay un rayo de luz solar perceptible.
  • Se relaciona con las lluvias, los ríos, los mares, las lagunas y todos los cúmulos de agua dulce y salada.

REZOS Y SUYERES:

REZO: Baba Ejiogbe Alalekun Moni Lekun Oko Aya Lola Omodu Aboshun Omo Eni Koshe Ileke Rishi Kamu Ileke Omo Lori Adifafun Aladeshe Imapapaporo Timba Beledi Agogo.

SUYERE: Ashinima Ashinima, Iku Fori Boyema, Ashinima Ashinima, Arun Fori Boyema, Ashinuma Ashinima, Ofo Fori Boyema.

OBRAS DE BABA EJIOGBE.

OBRA PARA MUDARSE DEL ILÉ: Se le pone a Shangó una copa de madera con tres tipos de vino dulce. Se le dan dos eyele fun fun desde la leri del interesado sobre la copa de Shangó. Se cogen las leri y los eleses, puntas alas y okokanes y se tuestan y se hacen iye que se ligan con la raspa de lo de la copa cuando se seque. Se le agrega eru, obi kola, obi motiwao, osun naburu, casa de carcoma, tierra de cuatro esquinas, tierra de casa deshabitada, tierra de casa en ruinas, iye de 21 igi (preguntar cuáles son) y se hace apayeru que se le pone a Shangó y despues se pregunta para donde se lleva a enterrar. Con un poquito de cada cosa de lo del apayeru se monta un inshe Ozain forrado en asho ritual del osha que se comprometió con la obra.

OBRA PARA PONER DETRÁS DE SHILEKUN: Se corta un obi seco al medio y a cada mitad se le echa obi kola, osun naburu, obi motiwao, polvo de oro, eku, eya, epo, orí, efun, oñí, dulces, garjeas, caramelos. Iyefa para iré umbo.

OBRA PARA QUE SUS ARAYES NO LO DESTRUYAN: Una igba con agua, cuatro pedazos de ishu dentro, orí, efun. Se pregunta a que osha se le pone, los días y el camino que coge.

OBRA CONTRA LOS ARAYES: Un akuko fun fun, amala ila, un obe, generales de los arayes. Todo con ou dun dun y pupua. Se entierran.

OBRA PARA SEPARAR MATRIMONIOS: Tres eñi etu, los tres precipitados, azogue, aceite de alacrán, almafren iye de caña brava, tres tipos de pimientas, una taza o cazuela honda. Se ponen las generales de ambos en los eñi etu en cruz y se ponen tres días al pie de Elegba y después se ponen en la taza o cazuela, que ya tendrá una pasta de almagre, aceite de alacrán, iye de caña barava, los tres precipitados, los tres tipos de pimientas, azogue y otí y se pone al pie de Elegba con un cabo de itana encendida y se le ruega a Eshu por la separación de esa pareja. A la tercera noche se sacan los tres eñi de etu y se rompen uno en cada esquina y uno en la puerta del matrimonio.

OBRA PARA SEPARAR A DOS PERSONAS AL PIE DE ELEGBA: Un obi, otí, tres igi de rompesaraguey, sal en grano, ite de tarro de venado, aceite de alacrán, las generales de la pareja en dos papeles. El interesado antes se ruega la leri y le da a Elegba un owunko y un akuko.

INSHE OZAIN DE ESTE IFÁ: lo principal para preparar el Inshe Ozain de este Oddun es cuyují del que se enreda en la palma real.

EBOMISI: Albahaca, verdolaga, sígueme pollo, pega pollo, sándalo, agua de coco, menta, varias esencias, efun, amala, iyefa. Tambien se baldea el ilé con berro, vino seco, cinco yemas de huevo, sándalo, polvo de oro, agua de coco, azúcar blanca, pimienta, oñí, amala, iyefa.

IYEFA PARA ARAYE UNLO: Iye de leri de eya tutu, caracol de igbin, leri de ekute, de igi, ayua pierde rumbo, aroma, pellejo de etu, de gunugun y sus juju, macao gbogbo juju, se reza Baba Ejiogbe y Oragun, tierra erita merin y semilla de ewe oguma (maravilla).

INSHE OZAIN CON AGBON (ABEJAS): Awo oge fun tiene el poder de trabajar los Inshe Ozain con agbon, ya que en este Oddun nació la jalea real y el rejuvenecimiento en las personas. La obra se hace poniendo a hervir un pedazo de cera virgen en el que se marca Oshe Tura, Ogbe Fun y Otura She. Cuando el humo comience a salir se rezan estos Oddun y se canta:

«gbon To Oloko Enshirre Okoriko A Fefe Omo Lopo Agbon Enshire».

Con estos vienen las abejas y así puede cogerlas.

CONFECCIÓN DEL SHAWURO.

Un güin de castilla o un palo fino de moruro, ocho caracoles de igbin, ocho cascabeles, ewe dun dun, amukan (jucaro), aberikunlo, 16 cintas fun fun, dos varas de asho fun fun, orí, efun, eyele meyi fun fun, asho arae, abiti, atitan ilé, eku, eya, epo, oñí, otí, kola, obi motiwao anun. Se prepara un poco de las yerbas para ebomisi, un poco para el ebbo y un poco para las cargas de los caracoles de igbin, y el del osha con los distintos asheses señalados. Con todo se hace ebbo.

Con el asho fun fun se hacen cintas y el resto para forrar el guin o igi moruro. En la parte superior del guin se ata el caracol de Osha y cuatro tetas de ou, se le ponen las 16 cintas y en las puntas inferiores y alternadamente se le pone un caracol de igbin y un cascabel. Los caracoles se ponen cargados. Se canta:

«Baba Tewa Male Kontiwa Male Eri Lodafun Oke Lodafun Baba Ejiogbe, Lodafun Oyekun Meyi…. (hasta Mencionar Los 16 Mejis) Kin Ban Kin Mogbaya Iwiri Shiriyiña Iku».

Esta última parte del suyere dice: veo venir a ikú y me fajo con ella. Para confeccionar la masa para los caracoles, al romper las yerbas se canta:

“Ewe Dun Dun Emese Arani Odara (prodigiosa Revive Mi Alma Y Mi Cuerpo) ewe Amukan Kawere Emu Ikú (júcaro, Has Que Mi Cuerpo Sea Amargo Al Paladar De La Muerte)
ewe Aberikunlo Atiti Unlo Oma Ikú Orun (aberikunlo Al Instante Manda A Ikú A Que Regrese Al Cielo).”

Después de cargados los caracoles de igbin y el de Osha, se forran por separados en asho fun fun para poder coserlos en sus respectivos lugares. Ya confeccionado el shawuro, al interesado se le ruega la leri con eyele meyi fun fun del ebbo de forma que la eyerbale caiga desde la leri sobre el dilogun de osha del shawuro. Terminado esto se recoge el shawuro y se le entrega al interesado quien aún estará sentado, y se levanta cantándole:

“Dide Dide Era Dide Iworiwo Magbaya Wari Nin Moriko Eweriwe meriko Yeni Iwari Ibarempo Magbaya Iku, Magbaya Arun, magbaya Ofo, Magbaya Eyo, Magbaya Araye”.

Se le ordena que de cuatro vueltas sobre si mismo hacia la derecha golpeado en el piso con el sharuwo para que suenen los cascabeles. Se lo lleva para su casa y lo pone en la cabecera de la cama y por la noche al acostarse lo suena y por la mañana al levantarse lo suena para que ikú unlo. Sacudiéndolo duro y cantando:

“oOlowo Oyiyi Eyibue Awo Ikú, Ikú Unlo, Arun Unlo, Ofo Unlo, eyounlo, Araye Unlo”.

El interesado se baña con omiero de ewe dun dun, aberikunlo y júcaro.

OBRA PARA SUERTE: Esto en caso de ser iré u osobo, se hacen tres ebbo seguidos cada uno lleva: una adie, ishu, eya, demás ingredientes. El primero se lleva para un latón de la basura, el segundo se pone en la puerta y el tercero en la orilla de un río. Cada uno se hace cada nueve días.

EBBO: Akuko, una cepa de plátano, ewe aguadi, magbayin (jucaro), asho ara. La cepa de plátano se envuelve con las hojas de júcaro y el asho y se le da el akuko, junto con eggun y todo se entierra.

EBBO:  Akuko, cadena, quimbombó, seis cascabeles, eyele meyi, eku, eya, awado, opolopo owo.

EBBO:  Akuko, tres clavos keke, iña, yarabo, epo, un akute keke, ropa limpia, oshe, demás ingredientes, opolopo owo. Este ebbo se hace en el río, se baña con el ekute y jabón en el río y se viste con ropa limpia.

EBBO:  Owunko, akuko, una muñeca, eku, eya, awado, opolopo owo.

EBBO:  Akuko, eyele meyi, efun, orí, asho pupua, asho fun fun, estropajo, eku, eya, awado, opolopo owo. Este ebbo es para quitarse el bochorno con una mujer chiquita.

EBBO:  Akuko, dos pedazos de eran malu, demás ingredientes, opolopo owo. Este ebbo es para que pueda coger la herencia.

REFRANES:

  • No tan pobre que se le vea el ano.
  • La cabeza manda en el cuello.
  • La felicidad en casa del pobre, dura poco.
  • No hay mal que dure cien años, médico que lo asista, ni cuerpo que lo resista.
  • Este río y el otro río tienen un solo Rey, el mar.
  • Las manos alcanzan más alto que la cabeza.
  • Nació para gobernar.
  • Para poder encontrar a un elefante hay que ir al bosque, para poder encontrar a un búfalo hay que ir a la pradera, pero un pájaro de airón solo se puede encontrar al cabo de mucho tiempo.
  • La lluvia forma nubes negras en el Cielo para bien de los sordos y hace ruido para bien de los ciegos.
  • Los ojos serán rojos pero no ciegos, el plátano parece maduro pero no está suave, el problema que causa ansiedad se
  • Resolverá, no matará a nadie.
  • El hombre rico come sin queja alguna, el pobre come vorazmente, el pobre que se asocia con un rico se vuelve impertinente.
  • Todos los honores de las aguas que hay sobre la tierra, son menores que el honor del mar.
  • La mano alza más alto que la cabeza sólo para protegerla.
  • Por los caminos y calzadas no hay distinción, lo mismo camina el bueno que el malo.
  • La sabiduría, la comprensión, y el pensamiento, son las fuerzas que mueven a la Tierra.
  • Ningún rey es tan grande como el mismo Orúnmila.
  • La corona del gallo es su cresta.
  • El médico puede curar a otro, pero no a sí mismo.
  • Quien realiza numerosos actos misteriosos durante la niñez es considerado un niño prodigioso.
  • A veces la muerte es el resultado de ignorar los consejos de los mayores.
  • Una larga discusión lo lleva a uno tan lejos como Ifá.
  • Sobreviviré a las frías manos de la muerte.
  • Es un error no aprender de los errores cometidos.
  • Las contradicciones sacan a la luz de su escondite.
  • Solo Orúnmila es capaz de cambiar los destinos.

RELACIÓN DE HISTORIAS O PATAKÍES DE BABA EJIOGBE.

1.- LA CABEZA COMO UNA DIVINIDAD.

El adivino que realizó la adivinación para la cabeza, llamada Ori, se llamaba Amure. Él era un awo que vivía en el cielo. Orunmila lo invitó a hacer una adivinación para él sobre cómo obtener una forma completa, porque en ese momento ninguna de las deidades tenía una cabeza. Amure le dijo a Orunmila que frotara las palmas de las manos hacia arriba y que pidiera una cabeza (duzosori en yoruba o uhunswun en bini). También se le pidió que hiciera un sacrificio con cuatro nueces de cola, una cazuela de barro y una esponja de jabón.

Se le indicó que guardara las nueces en un lugar sagrado sin romperlas porque un visitante inapropiado vendría más tarde a hacerlo. Ori también invitó a Amure a hacer una adivinación y se le pidió que sirviera a su ángel guardián con cuatro nueces de cola, que no podía permitirse, aunque se le informó que solo comenzaría a prosperar después de realizar el sacrificio. Después de hacer su propio sacrificio, Orunmila dejó las cuatro nueces de cola en su lugar sagrado de Ifá como se le había indicado. Poco después, Eshu anunció en el cielo que Orunmila tenía cuatro hermosas nueces de cola en su lugar sagrado y que estaba buscando una deidad para partir.

Encabezadas por Oggún, todas las deidades visitaron a Orunmila una por una, pero él les dijo que no eran lo suficientemente fuertes para partir las nueces de cola. Se sintieron desairadas y se fueron molestas. Incluso Orishanla (el hijo de Dios) visitó a Orunmila, pero este le regaló diferentes y mejores nueces de cola, señalando que las nueces en cuestión no estaban destinadas a ser partidas por él. Como sabemos que Dios nunca pierde la paciencia ni la calma, aceptó las nueces de cola frescas que Orunmila le ofrecía y se fue.

Finalmente, Ori decidió visitar a Orunmila, ya que era la única deidad que no había intentado partir las misteriosas nueces de cola, esencialmente porque ni siquiera podía permitirse comprar las que se le habían pedido para servir a su ángel guardián. Entonces, Ori se dirigió rodando a la casa de Orunmila. Tan pronto como Orunmila vio a Ori acercarse rodando a su casa, salió a su encuentro y lo cargó. Inmediatamente, Orunmila cogió la cazuela de barro, la llenó de agua y usó la esponja y el jabón para lavar a Ori. Luego de secarlo, Orunmila llevó a Ori hasta su lugar sagrado y le pidió que partiera las nueces de cola porque se le habían reservado desde hacía mucho tiempo.

Después de agradecer a Orunmila por su gesto honroso, Ori rezó por él con las nueces de kola para que todo lo que hiciera tuviera cumplimiento y manifestación. Luego, Ori usó las nueces de kola para orar por sí mismo para tener un lugar de residencia permanente y muchos seguidores. Entonces, Ori rodó hacia atrás y arremetió contra las nueces de kola y estas se partieron con una ruidosa explosión que se escuchó en todo el cielo.

Al escuchar el ruido de la explosión, todas las otras divinidades comprendieron inmediatamente que finalmente habían sido partidas las nueces de kola del lugar sagrado de Orunmila y todas sintieron curiosidad por saber quién las había logrado partir. Posteriormente, Eshu anunció que había sido Ori quien las había logrado partir, y todas las divinidades concordaron en que la cabeza era la divinidad indicada para hacerlo. Casi inmediatamente después, las manos, los pies, el cuerpo, el estómago, el pecho, el cuello, etc., quienes hasta entonces habían tenido identidad específica, se reunieron todos y decidieron irse a vivir con la cabeza, no habiendo comprendido antes que esta fuera tan importante.

Juntos, todos levantaron la cabeza sobre ellos y allí, en el lugar sagrado de Orunmila, la cabeza fue coronada como rey del cuerpo. Es gracias al papel desempeñado por Orunmila en su fortuna que la cabeza toca el suelo para demostrar respeto y reverencia a Orunmila hasta el día de hoy. Esta también es la razón por la que, a pesar de ser la más joven de todas las divinidades, Orunmila es la más importante de todas ellas. Para que el hijo de Ejiogbe viva mucho tiempo en la tierra, debe buscar awo que le preparen inteligentemente un jabón de baño especial en el cráneo de cualquier animal.

Ejiogbe es la divinidad patrona de la cabeza, porque fue él quien realizó el sacrificio que convirtió a la cabeza en el rey del cuerpo. Ejiogbe ha resultado ser el más importante olo-du o apóstol de Orunmila en la tierra, a pesar de que originalmente era uno de los más jóvenes. Él pertenece a la segunda generación de los profetas que se ofrecieron para venir a este mundo y, mediante el ejemplo, hacerlo un mejor lugar para quienes lo habiten. Él fue un apóstol de Orunmila muy caritativo tanto cuando estaba en el cielo como cuando vino a este mundo.

2.- EJIOGBE PARTE HACIA LA TIERRA.

Mientras tanto, Orishanlá ya se encontraba en la tierra y estaba casado con una mujer llamada Afín quien, sin saberlo, no tenía mucho deseo de tener un hijo. Pero Orishanlá quería desesperadamente tener un hijo en la tierra. Al mismo tiempo, en el cielo, Omonighogbo había ido ante el altar de Dios para pedir venir a la tierra como el hijo de Afín y Orishanlá. Él estaba igualmente determinado a mostrar al mundo lo que se necesita para ser benévolo y tener un noble corazón. Sus deseos fueron concedidos por el Padre Todopoderoso. Luego de tener el permiso de su ángel guardián, partió hacia la tierra.

3.- EL NACIMIENTO DE EJIOGBE.

Mientras tanto, Orishanlá estaba prohibido de beber vino de palma, mientras que su esposa Afín estaba prohibida de consumir sal. A pesar del embarazo de Afín, la tensión entre la pareja no disminuyó, ya que ella se volvió cada vez más combativa a medida que avanzaba su embarazo. Después de nueve meses, nació un niño varón y poco después del parto, Orishanlá se dio cuenta de que no había comida en la casa para alimentar a su esposa. Entonces, fue a recolectar alimentos en la granja y tardó más de lo esperado, lo que enfureció a Afín.

Ella se quejó de que su esposo la había dejado pasar hambre en el mismo día en que dio a luz y argumentó que esto era una muestra de que él no la amaba. Pensando en concluir el matrimonio, decidió poner fin a la vida de su esposo. Sabiendo que Orishanlá estaba prohibido de beber vino de palma, echó vino de palma en el agua de su esposo. Luego, dejó al recién nacido en la cama y salió a visitar a sus vecinos. Mientras tanto, Orishanlá había regresado a casa y empezó a preparar comida para su esposa. Mientras cocinaba, intentó beber agua de la olla, pero su hijo le advirtió que su esposa había echado vino de palma. A pesar de estar sorprendido por la habilidad de su hijo recién nacido para hablar, hizo caso de la advertencia.

Después de terminar de cocinar, en un acto de venganza, Orishanlá echó sal en la sopa, sabiendo que era veneno para su esposa. Luego, se fue a jugar ayo con sus amigos. Cuando Afín regresó a casa, se dirigió a la comida y el hijo le advirtió nuevamente que no comiera porque Orishanlá había echado sal en la sopa. Casi inmediatamente, se puso histérica y gritó a los vecinos para que vinieran a salvarla de su esposo que estaba tratando de matarla por haberle dado un hijo. Los gritos atrajeron a espectadores de las casas vecinas y, finalmente, se convocó a una reunión de las divinidades en la casa de Orishanlá, quien se mantuvo calmado en todo momento.

Oggún presidió la conferencia, ya que Orishanlá, el presidente tradicional, estaba en el banquillo de los acusados. Afín contó cómo su esposo le echó sal a la sopa, lo cual estaba prohibido. Cuando se le preguntó cómo sabía que su esposo era el culpable y que le había echado sal a la sopa, explicó que su hijo de un día de nacido se lo había dicho. Las divinidades creyeron que estaba loca porque nadie podía imaginar cómo un niño tan pequeño podría hablar.

Orishanlá fue llamado a defenderse de las acusaciones en su contra y, en lugar de negarlo, admitió haber echado sal a la sopa de su esposa. Aclaró que lo hizo como castigo por haberle echado vino de palma al agua de beber, algo que él no podía tomar. Según él, su hijo recién nacido fue quien le avisó del truco de su esposa. Los presentes se quedaron asombrados con la habilidad del niño para comunicarse.

El niño explicó que había venido a la tierra para salvar a sus padres, evitando su destrucción mutua. Desde entonces, se le conoce como Ejiogbe, que significa «doble salvación». En su ceremonia de iniciación en el ugbodu, se requieren materiales dobles como dos chivos, dos gallinas, dos caracoles, dos pescados, dos ratas, etc. En honor a su nacimiento, siempre se echa sal y vino de palma en los materiales de la iniciación cuando Ejiogbe sale en el ugbodu.

4.- LOS TRABAJOS DE EJIOGBE EN LA TIERRA.

El niño prodigio realizó muchos actos misteriosos mientras crecía, pero su primer gran milagro ocurrió a los quince años de edad, cuando su madre lo llevó a ojaajigbomeken, el único mercado que existía en ese momento. En este mercado, los comerciantes del cielo y la tierra realizaban todo tipo de negocios, desde la venta de mercancías hasta la adivinación. Todos los que tenían algo que vender, ya sea mercancías, habilidades, artes, tecnologías, etc., venían a este mercado para negociar.

5.- EL MILAGRO EN EL MERCADO.

Durante su camino al mercado, un hombre se topó con una mujer y la detuvo para informarle que tenía un problema. Antes de permitirle hablar, le dijo que él conocía su situación mejor que ella. Ejiogbe le reveló que estaba embarazada desde hacía tres años, pero que su embarazo no había progresado. Él le aconsejó que realizara un sacrificio con 16 caracoles, una gallina, una paloma, 5 nueces de kola, serpiente y miel. Además, le pidió que utilizara un macho cabrío, akar (panecillos de frijol) y eko para hacer el sacrificio a Eshu.

La mujer trajo los materiales para el sacrificio y, después de realizarlo, Ejiogbe le aseguró que su problema estaba resuelto. Sin embargo, también le indicó que después de dar a luz sin problemas, debía llevar una pequeña boa, una serpiente de la familia constrictora (llamada Oka en Yoruba y Arunwoto en bini), como ofrenda a Orunmila. También le pidió que añadiera caracoles y cualquier otra cosa que quisiera. La mujer realizó el sacrificio y continuó su camino.

6.- EL MILAGRO DEL LISIADO Y EL CIEGO.

La próxima persona que Ejiogbe encontró en su camino en el mercado fue un lisiado llamado Aro. Al igual que lo había hecho antes con la mujer embarazada, le dijo a Aro que él tenía un problema, pero el lisiado le respondió que él no tenía ningún problema y que era Ejiogbe quien lo tenía. Ejiogbe sacó su uroke (vara de adivinación) y la apuntó en dirección a las manos y piernas del lisiado. De inmediato, este se puso de pie y caminó. Fue entonces que Aro comprendió que estaba tratando con un sacerdote, en vez de un muchacho.

Aro se puso de rodillas para agradecer a Ejiogbe por haberlo curado de una deformidad con la que había nacido. Sin embargo, Ejiogbe le aconsejó que fuera y sirviera a Orunmila, pero que en el futuro se abstuviera de esconder sus problemas, porque entonces no sabría cuándo Dios daría respuesta a sus plegarias. Ejiogbe señaló que si alguien escondía sus padecimientos, estos lo llevarían a la tumba. A continuación, Ejiogbe se encontró con un ciego y le preguntó si tenía problemas, el ciego le respondió que él no tenía ningún problema.

Una vez más, Ejiogbe apuntó con su urok a los ojos del hombre y al instante este recuperó la vista. El hombre que se sentía inundado de dicha fue aconsejado por Ejiogbe que se preparara para convertirse en seguidor de Orunmila, a fin de minimizar sus dificultades con el género humano. Le dijo igualmente que al llegar a su casa sirviera su cabeza con un gallo. Después de esto, Ejiogbe llegó al mercado. Ejiogbe realizó los milagros anteriores sin pedir recompensa alguna de los beneficiarios.

7.- EL RESULTADO DE IGNORAR LOS CONSEJOS DE EJIOGBE.

En su camino de regreso del mercado a casa, la madre de Ejiogbe lo dejó atrás. En su camino, se encontró con una ardilla a un lado de la carretera y le aconsejó que hiciera un sacrificio a Eshu con un macho cabrío para evitar la destrucción. La ardilla se negó a hacerlo, diciendo que no le daría su carne a Ejiogbe. La ardilla se llama Otan en Bini y Okere en Yoruba.

Ejiogbe también vio una boa (Oka en Yoruba y Aru en Bini) y le advirtió que la muerte estaba cerca y que vendría de un vecino charlatán. Le aconsejó que escondiera su cabeza en un lugar secreto con un caracol para evitar el desastre.

Finalmente, llegó al bosque denso (Eti en Bini e Iyo en Yoruba) y aconsejó a la vegetación que hiciera sacrificios a Eshu para evitar problemas sin garantía. También se encontró con una palma a la que aconsejó que ofreciera un macho cabrío a Eshu para evitar problemas ajenos. La palma hizo el sacrificio de inmediato, pero la vegetación llamada Iyo no lo hizo.

Después de esto, Ejiogbe regresó a casa. El viaje hacia y desde Ojaajigbomeken generalmente dura alrededor de tres meses. Tan pronto como llegó a casa, recibió un mensaje de que la mujer con la que se había encontrado en el camino del mercado estaba dando a luz. Corrió rápidamente hacia su casa y, con la ayuda de un encantamiento que no se puede reproducir en este libro debido a la tradición de Ifa, ayudó a la mujer a dar a luz.

La mujer dio a luz a un niño. Tan pronto como la mujer pudo descansar, el esposo fue al bosque para conseguir carne para alimentar a su mujer. La boa, al enterarse de que la mujer que había estado embarazada durante tres años había tenido un hijo, comprendió que el esposo pronto vendría en su busca. Sorprendentemente, corrió hacia la casa de Iyo para servir allí su cabeza en privado. Iyo le dio permiso para servir su cabeza en su casa.

Tan pronto como Oka se sentó a orar por su cabeza, Okere entró en la casa de Iyo. Mientras Oka decía sus oraciones, Okere repetía «ashe» (amén). Oka respondió alterado a Okere que él no necesitaba el «ashe» de nadie para sus oraciones. Entonces, Okere se adentró más en la casa de Iyo. Al mismo tiempo, Okere cambió su tonada y comenzó a cantar: «okaa, jokoo kpekpe rekpe». En este punto, el hombre con el bumerang, que estaba buscando a Oka, escuchó a la ardilla gritar y comenzó a rastrear su posición. Como la ardilla continuaba gritando histéricamente, Oka le disparó y acabó con su vida.

El hombre entonces cortó una vara ahorquillada para abrir el espeso bosque (Iyo). Mientras cortaba y limpiaba el Iyo, vio a la boa en el suelo y también acabó con su vida. Al mismo tiempo, vio al lado de Oka a la ardilla sin vida y al caracol con el cual la boa iba a servir su cabeza. Él lo recogió todo y partió hacia su casa. La espesa hierba que el cazador cortó con una vara ahorquillada se hallaba en el cuerpo de una alta palma, la cual se alegró y respiró nueva vida tan pronto fueron cortados los arbustos que impedían que el aire fresco llegara a su cuerpo. Esto se debe a que la palma fue la única que hizo sacrificio en el momento adecuado.

Hasta ese día, es la boa la que le hace perder la vida a la ardilla. Es también la ardilla quien le dice a la gente dónde se esconde la boa e invariablemente atrae la muerte sobre esta. Esto explica también por qué la aparición de Ejiogbe para un hombre alto de tez oscura en Igboddun significa prosperidad asegurada para la persona, debido a la alta talla de la palma, quien por sí sola hizo sacrificio. Si, por otro lado, le sale a un hombre pequeño de tez clara, este no triunfará en la vida a no ser que haga sacrificio. Esa es la significación del hecho de que el pequeño pero oscuro Iyo, la ardilla y la boa de colores claros no hicieran los sacrificios prescritos.

8.- CÓMO EJIOGBE SOBREVIVIÓ LA IRA DE LOS MAYORES.

El joven Ejiogbe, debido a su gran bondad, era muy popular y su casa estaba siempre llena de visitantes tanto de día como de noche. Él curaba a los enfermos, realizaba sacrificios para que los mendigos se convirtieran en ricos, ayudaba a las mujeres estériles a concebir hijos y asistía en el parto a todas las embarazadas que pedían su ayuda. Estas actividades le ganaron la admiración de quienes se beneficiaron de ellas, pero despertaron los celos de los awos mayores, quienes no podían igualar su altruismo y generosidad. Pronto, se inquietó por las actitudes de los demás y una noche tuvo un sueño en el que su ángel guardián le advirtió que algunos de los mayores estaban conspirando en su contra. Al despertar al día siguiente, estaba tan confundido que decidió buscar la adivinación para obtener respuestas.

9.- CÓMO EJIOGBE OBTUVO TRANQUILIDAD DE ESPÍRITU.

Él fue por adivinación a los sacerdotes de Ifá siguientes:

  • Ajogodolo efo ni mo kpo ifa mi
  • Osigi sigi lo okpo
  • Usee mi cojagba igbo
  • Abu kole ken lo obe ide

Ellos le aconsejaron que hiciera sacrificio a su Ifá con una cesta de caracoles. Como él ni siquiera tenía dinero para comprar caracoles, todos aquellos a quien previamente había ayudado le trajeron todo lo que necesitaba. Los caracoles fueron partidos y el líquido de su interior fue recolectado. Los awoses recogieron hojas de ero, las machacaron con el líquido de los caracoles para que Ejiogbe se bañara con el preparado. Después del sacrificio el comenzó a vivir una vida pacífica.

Es por esto que cuando Ejiogbe aparece durante la adivinación, a la persona se le aconseja que ofrezca caracoles a su Ifá. Cuando sale en ugboddun, el chivo para la ceremonia no se deberá ofrecer hasta 5 días más tarde. Lo que se debe ofrecer en ese día de ugboddun es caracoles, rata seca y pescado seco. Cuando Ejiogbe recuperó la paz de espíritu después de la ceremonia él se regocijó cantando:

Uroko Iro, Erero Lu Oruko Erero”.

10.- EJIOGBE REGRESA AL CIELO PARA SER JUZGADO.

Antes de que él realizara el sacrificio, los ancianos, quienes sentían que él había bloqueado sus medios de subsistencia al realizar milagros gratis, comenzaron a morir uno tras otro y subir al cielo para informarle a Dios. Lo acusaron de arruinar el mundo al introducir un nuevo código de conducta desconocido en la Tierra. Ejiogbe, por otro lado, no tenía vida propia porque invertía todo su tiempo en servir a los demás. Cuando los niños tenían convulsiones, lo llamaban para curarlos, lo que hacía mediante encantamientos. Ayudaba a las mujeres embarazadas a dar a luz, resolvía disputas entre personas y defendía a los oprimidos.

Era poco lo que él sabía de que estas actividades humanitarias habían molestado a los awoses tradicionalmente injustos hasta el punto de conspirar para matarlo. En ese momento, Oloddumare (Osalobua en Bini), el Padre del Cielo, ordenó que buscaran a Ejiogbe. Envió a un caballero del cielo para buscarlo. El caballero utilizó su prudencia para aplicar una estrategia para llevar a Ejiogbe al cielo. Antes de llegar a la casa de Ejiogbe, se quitó el uniforme de caballero, lo guardó en su bolsa y fingió ser un desempleado en busca de trabajo. Al llegar temprano en la mañana, le pidió trabajo doméstico que le permitiera ganarse la vida.

Ejiogbe le informó que no tenía trabajo que ofrecer porque su propia ocupación era brindar servicios gratis a la gente del mundo. Mientras el visitante estaba a punto de desayunar, lo invitó a que comiera con él, pero el hombre explicó que no tenía los requisitos necesarios para comer del mismo plato que Ejiogbe. El visitante insistió en que comería cualquier cosa que sobrara después de que Ejiogbe hubiera comido. Mientras se producía esta discusión, algunos visitantes llegaron buscando ayuda. Le informaron que el hijo único de una familia tenía convulsiones y deseaban que Ejiogbe fuera a revivir al niño. Sin comer nada, salió seguido por el caballero del cielo, llegó a la casa, puso la rodilla izquierda en el suelo y recitó un encantamiento. Después de eso, pronunció tres veces el nombre del niño y este respondió.

El niño estornudó y abrió los ojos para pedir comida. Mientras le hacían la cura, otros visitantes le pidieron que ayudara a una mujer que había estado en trabajo de parto toda la noche. El niño fue directo a la casa de la mujer, que estaba en su último aliento. Después de hacer una adivinación rápida, les aseguró que la mujer daría a luz sin problemas. Le dio iyerosun (polvo de adivinación) y agua para que lo bebiera, y mientras lo bebía, repitió un encantamiento y el niño y la placenta salieron al mismo tiempo. Hubo alegría en la casa y, como de costumbre, no se le pidió que compensara nada.

Ejiogbe y su visitante regresaron a casa. Era muy tarde y aún no había desayunado. Cuando llegaron a casa, encontraron a mucha gente esperándolo, pidiéndole que resolviera una gran discusión. Poco a poco fue resolviendo todas las disputas y la gente regresó a sus hogares felices y reconciliados. Se sentó a comer la comida que habían preparado y nuevamente invitó al visitante a comer, pero este insistió en que comiera primero. Mientras Ejiogbe comenzaba a comer, el visitante fue a la habitación contigua y se puso su ropa de caballero.

La vista del hombre con las ropas celestiales le indicó a Ejiogbe que era un mensajero divino del cielo. Dejó de comer y le preguntó sobre el mensaje que traía. El hombre le informó que Dios deseaba que fuera al cielo de inmediato. Ejiogbe se vistió rápidamente y partió hacia el cielo con el enviado celestial. Tan pronto como salieron del pueblo, el caballero lo abrazó y casi instantáneamente se encontraron en el palacio de Dios. Al llegar, Dios preguntó por Omo Nighorogbo (el nombre celestial de Ejiogbe antes de partir hacia el mundo) para que diera una explicación por haber creado tanta confusión en el mundo hasta el punto de molestar a las otras divinidades en la tierra.

Omonighrogbo se puso de rodillas para ofrecer una explicación, pero antes de que pudiera decir una palabra, el mensajero que había sido enviado a buscarlo se ofreció para dar la explicación por él. Explicó que el padre todopoderoso en sí no hubiera podido hacer lo que Omonighrogbo estaba haciendo en la tierra. Desde la mañana, Omonighrogbo no había tenido tiempo ni siquiera para comer adecuadamente porque estaba al servicio de la humanidad sin recibir ninguna compensación. El mensajero explicó que su tentativa de comportarse en la tierra como lo hacían en el cielo fue lo que molestó a las divinidades amantes del dinero en la tierra.

Después de escuchar los detalles de las observaciones del mensajero, Dios ordenó a Omonighrogbo que se pusiera de pie, ya que estaba claro que todas las acusaciones en su contra eran producto de la envidia y los celos. Dios entonces le ordenó que regresara al mundo y que continuara con sus buenas obras, pero que desde ese momento en adelante debía cobrar honorarios razonables por sus servicios, aunque debía continuar ayudando a los necesitados. Él recibió la bendición de Dios y abandonó el palacio.

Antes de regresar al mundo, decidió encontrarse con los awos celestiales que habían hecho adivinación para él antes de abandonar el cielo en la primera ocasión. Él fue a ver a Ejuwa hoka mejinja won sarawon kpelenje kpelenje y Ejo-mejinja, won sarawon loroku loroku. Ellos le aconsejaron que ofreciera otro macho a Eshu. Le dijeron que cruzaría con una mujer de tez clara en la tierra con quien se casaría. Después de casarse con ella, debía ofrecerle un macho cabrío grande una vez más a Eshu, de modo que la mujer no lo dejara. Se le aseguró que su matrimonio con la mujer le traería fuerza y prosperidad, pero si permitía que ella lo dejara, volvería a vivir en la penuria. Él hizo el sacrificio a Eshu en el cielo y regresó a la tierra.

Tan pronto como cerró los ojos, tal y como le dijo el caballero celestial, se despertó en la tierra. Los visitantes ya estaban comenzando a preguntarse por qué Ejiogbe dormía tanto esa mañana.

11.- EL MATRIMONIO DE EJIOGBE.

La primera persona que vio esa mañana fue una mujer de tez clara llamada Ejialo. Él se enamoró de ella enseguida que la vio y la mujer le dijo que ella venía a ofrecérsele en matrimonio. Después de casarse con ella, él olvidó darle el macho cabrío grande a Eshu, como se le había dicho en el cielo que hiciera. Ejialo era hija de un jefe muy rico de Ifa. Pronto quedó embarazada y tuvo un hijo varón que nació lisiado. El padre que era capaz de curar a otros lisiados, no podía curar a su propio hijo. De ahí salió el dicho de que «un médico puede curar a otros, pero no a sí mismo».

Ejialo se sentía tan frustrada por el nacimiento del lisiado que decidió no quedarse con Ejiogbe para cuidar de él. Eventualmente se fue de la casa dejando al niño atrás. Posteriormente, Eshu, Oggún y Obalifon se reunieron con Ejiogbe para preguntarle por qué no se le había visto afuera últimamente. Él respondió que Ejialo lo había abandonado con un niño lisiado para que él lo cuidara. Eshu entonces se ofreció para hablar con un awo en el cielo. Los awos resultaron ser Eduwe Meyi y Ejo Mojinja, quienes coincidentemente eran los dos awos que habían hecho una adivinación para Ejiogbe durante su último viaje espiritual al cielo.

Ellos le entregaron a Ejiogbe el macho cabrío grande que le habían dicho que diera a Eshu después de haberse casado en la tierra para que su esposa no lo dejara. Los dos awos prepararon una medicina para lavar las piernas del niño e inmediatamente la vida volvió a las piernas de este. Eso fue después de darle el macho cabrío a Eshu. A pesar del sacrificio y de la curación del niño, Ejialo no se reconcilió con Ejiogbe porque ya ella se había casado con Oluweri. Sin embargo, con una parte de la medicina utilizada para curar al hijo de Ejiogbe, se preparó un ase con el fin de que él la usara para ordenarle a la esposa que regresara si así lo deseaba. Como ya él sabía que ella se había casado con otro hombre, prefirió utilizarla para llamar a Ejialo para que ella se encontrara con él en un lugar alejado de los alrededores de Ifá.

También utilizó su ashe para ordenarle a Oluweri, quien había seducido a su esposa, que se encontrara con él en el mismo lugar. Tan pronto como la pareja apareció, él los conjuró para que cayeran al piso y los fusionó en un solo cuerpo de forma tal que se movieran hacia delante para siempre y nunca miraran atrás. Con esto, Ejialo y Oluweri se convirtieron en un río, el cual actualmente se llama Oluweri en el estado de Nigeria. Cuando Ejiogbe sale en la adivinación para una mujer que está pensando en dejar a su esposa de un sacerdote de Ifá.

12.- EL SEGUNDO MATRIMONIO DE EJIOGBE.

El verdadero hijo de Ejiogbe no mantiene a su primera esposa a su lado por mucho tiempo a menos que ella tenga piel clara. La siguiente esposa de Ejiogbe, llamada Iworo, era una bruja. A pesar de los esfuerzos por evitarlo, los hijos de Ejiogbe (aquellos para quienes Ejiogbe aparece durante la iniciación de Ifa o Ugboddun) se casan con más frecuencia con mujeres del mundo de la brujería. Si tiene tres esposas, al menos dos serán brujas.

Ejiogbe era muy pobre cuando se volvió a casar. Él y su esposa Vivian vivían por debajo del nivel de pobreza. Siempre que mataban una rata, Orunmila le daba la cabeza a la esposa. Lo mismo ocurría cuando cogían un pez, una gallina o incluso un chivo. Era evidente que sus fortunas estaban comenzando a mejorar. Eventualmente, alcanzaron una buena posición y pudieron construir su propia casa, criar a sus hijos y él pudo casarse con otra esposa. En ese momento, decidió hacer una comida de agradecimiento a su Ifa, compró una vaca y invitó a otros sacerdotes que eran miembros de la familia.

Durante la celebración, cuando la carne estaba siendo repartida entre los invitados, la esposa más antigua esperó como era habitual que se entregara la cabeza de la vaca. Después de esperar en vano que esto sucediera, la mujer tomó la cabeza y la colocó cerca de ella. Casi al instante, algunos de los sacerdotes más vengativos la regañaron diciendo que la cabeza no era la parte adecuada de una vaca para que fuera entregada a una mujer. Entonces le quitaron la cabeza de la vaca. Ella esperó un poco para dar tiempo a que el esposo interviniera y solucionara la situación.

Como no hubo una reacción positiva por parte de él, ella abandonó la comida y se fue a su habitación. Tres días después, la mujer recogió sus cosas, abandonó la casa de Ejiogbe y se fue a vivir con su hermano llamado Iroko, quien poco después le dio refugio. Después de que terminaron las ceremonias de acción de gracias, Ejiogbe salió a buscar a la mujer. La buscó por todas partes y no la encontró, así que fue a ver al hermano de ella, quien le informó que le había dado refugio.

Al ver a Iwere Were, Ejiogbe le preguntó por qué la había abandonado de forma descortés. Con lágrimas en los ojos, ella le recordó que cuando eran pobres, él solía darle la cabeza de cualquier animal que pudieran cazar para comer y que en ese momento, ningún sacerdote o miembro de la familia los había ayudado. Continuó preguntándole por qué, cuando habían alcanzado una posición lo suficientemente cómoda como para comer de una vaca, los demás les negaban el privilegio de quedarse con la cabeza. ¿Por qué ningún miembro de la familia había venido a exigir las cabezas de ratas, pescados o gallinas? En un encantamiento poético, ella exclamó:

«¿Qué hombre puede vanagloriarse de ser más grande que un elefante? ¿Quién puede reclamar ser más grande que un búfalo? ¿Quién puede vanagloriarse de ser más influyente que un rey? ¡Ningún paño de cabeza puede ser más ancho que aquellos utilizados por los ancianos de la noche! ¡Ninguna soga puede ser tan larga como la que usan las brujas! ¡Ningún sombrero puede ser más famoso que una corona! ¡En ancho o en largo, la mano no puede ser más alta que la cabeza! ¡La rama de la palma frecuentemente es más alta que la cabeza!

¡La rama de la palma frecuentemente es más alta que las hojas que están en la cabeza de esta!»

Donde sea que haya música, el sonido de la campana es el más fuerte que los demás instrumentos; y la palma es el árbol más influyente del bosque. Tan pronto como Ejiogbe escuchó este poema, también lloró y le pidió perdón a su esposa. La mujer sintió pena por él y acordó volver a casa con la condición de que la calmara con una pieza de tela blanca, algo de dinero y que sacrificara una cabra en su nombre. Esto explica por qué cualquiera que nazca bajo el signo de Ejiogbe en Ugboddun debe sacrificiar una cabra en nombre de su esposa más antigua cuando tenga éxito en la vida.

Cuando una persona que nació bajo el signo de Ejiogbe sale en una adivinación, se le preguntará si ya sacrificó una cabra en nombre de su esposa. Se le informará que, si su esposa más antigua es amarilla, es una bruja benevolente que lo ayudará a prosperar en la vida, siempre y cuando evite despreciarla. Si, por otro lado, sale en la adivinación para un hombre cuya esposa más antigua ha abandonado la casa, se le aconsejará que vaya a buscarla y le suplique que regrese de inmediato, para evitar caer en la pobreza.

13.- CÓMO EJIOGBE AYUDÓ A UN LITIGIANTE A QUE GANARA SU CASO.

Tan pronto como prosperó, Ejiogbe pudo evitar que otros awos trabajaran para él. Cuando Baba Jagba Leorun acudió a él por un caso, Ejiogbe invitó a otro awo llamado Ajagba, Agbagba Ajagba Jagba, ni ira toon difa fun Baba Jagba Lo Orun. El awo le indicó al litigante que hiciera un sacrificio para liberarse de ese caso. Se le dijo que hiciera un sacrificio con dos gallinas, hilos tejidos a mano y bastante jengibre (unien en bini y eruru en yoruba). Él consiguió todos los materiales y el awo le preparó el sacrificio.

Las plumas de gallina y las semillas de jengibre se cocieron con la hebra para formar un collar que él se puso en el cuello y luego se lo quitó con uroke en un lugar sagrado de Eshu. Cuando el caso finalmente fue llevado a juicio, Baba Jagba ganó. Por lo tanto, cuando Ejiogbe sale en una adivinación para una persona que tiene un caso pendiente, se le aconsejará que haga el sacrificio mencionado anteriormente, el cual debe realizar con el awo que conozca el modo de realizarlo.

14.- CÓMO EJIOGBE HIZO QUE UNA MUJER INFECUNDA TUVIERA UN HIJO.

  • Ebiti okpale ligbe.
  • Cowo le kuuru ku.
  • Adifa fun olomo agutí.

Estos son los nombres de otros awo que Ejiogbe invitó cuando él hizo adivinación para Elerimoju, quien vino a verlo porque no podía tener hijos. Ejiogbe le dijo que llevara una ofrenda a un desagüe de agua corriente (agbara en yoruba y orogho en bini). Ella hizo como se le indicó. No obstante, Eshu estaba molesto porque él no había recibido ninguna parte del sacrificio, pero Elerimoju, también conocido como Olomo Agbuti, respondió que ella previamente había hecho muchos sacrificios a Eshu y que todo había sido en vano.

Entonces, Eshu invocó la lluvia para que cayera y evitar que el desagüe disfrutara del sacrificio. La lluvia cayó tan pesadamente que la corriente que atravesaba el desagüe llevó el sacrificio al río (Olokun), la divinidad del agua, quien lo llevó al cielo. Mientras tanto, en el cielo, el hijo de Olordumare enfermó y se invitaron a los awos celestiales para que lo curaran. Cuando los awos estaban realizando adivinación acerca de la enfermedad del niño, le pidieron a Olordumare que fuera a la parte de atrás de su casa para que trajera un sacrificio que estaba viniendo de la tierra para que ellos lo utilizaran en la cura del niño.

Cuando Olordumare llegó a la parte de atrás de la casa, vio el sacrificio de Elerimoju. Lo cogió y se lo llevó a los awos, quienes le añadieron iyerosun (polvo de adivinación) y posteriormente tocaron con la cabeza del niño. Casi inmediatamente, el niño se puso bien. Tan pronto como el niño mejoró, Olordumare invitó a Olokun para preguntarle qué estaba buscando con el sacrificio realizado que había salvado a su hijo. Olokun explicó que él no sabía de dónde agbara u orogho (desagüe) había traído el sacrificio. Olokun invitó al desagüe a que explicara de dónde había obtenido el sacrificio y este dijo que había sido Elerimoju quien lo había realizado.

Entonces, invitó a su Ángel Guardián en el cielo y ella explicó que Orunmila le había aconsejado a su protegida que hiciera el sacrificio porque había permanecido infértil desde que había llegado al mundo. El Ángel Guardián explicó que Elerimoju incluso se lamentaba de que los hijos de aquellos que habían venido al mundo junto con ella ya eran tan grandes que la estaban enamorando. Olordumare entonces sacó su maza de autoridad y proclamó que Elerimoju tendría un hijo y que antes de que murieran, sus hijos y nietos también tendrían hijos, los cuales ella vería con sus propios ojos.

Antes del amanecer, Eleri Moju tuvo su menstruación y luego tuvo relaciones con su esposo, quedando embarazada y dando a luz a un hijo llamado Adeyoriju. Tuvo muchos hijos, nietos y bisnietos antes de volver al cielo. Por lo tanto, cuando alguien como Ejiogbe hace una adivinación para una mujer ansiosa por tener un hijo, se le aconseja que realice el mismo sacrificio y tendrá muchos hijos.

El refrán «Aja kulu mo ajaa kuulu me» se refiere a una adivinación realizada para Oke, la montaña. Se le aconsejó que realizara un sacrificio, pero no lo hizo debido a los planes malvados de sus enemigos. Los instrumentos de la destrucción, el machete y la azada, trataron de destruirlo, pero después del sacrificio, no pudieron ni siquiera dañarlo. La montaña creció aún más y se regocijó, dando gracias al adivino.

15.- EJIOGBE SALVA A SU HIJO DE LAS MANOS DE LA MUERTE.

One Gboore Fewa fue el sacerdote de Ifá que hizo la adivinación para Abati, el hijo de Ejiogbe, cuando la muerte había planificado llevárselo en un plazo de siete días. A Abati se le dijo que hiciera sacrificio con un gallo, una gallina y caracoles y que le diera un macho cabrío a Eshu. La muerte trato en vano tres veces de llevarse a abati de la tierra después de lo cual lo dejó para que completara su estancia sobre esta. Entonces Abati contó el poema siguiente:

“Uku gbemi, otimi; tiri abati, abiti tiri.
La muerte me agarró y me soltó
la enfermedad me tuvo y me dejó.
Nadie se come a la tortuga junto con el carapacho.
La concha del caracol se guarda después de comerse la carne.
Yo he sobrevivido los malvados planes de mis enemigos”.

16.- CÓMO LA MADRE DE EJIOGBE LO SALVÓ DE SUS ENEMIGOS.

  • Efifi nii shoju omo teere te
  • Okpa teere bo ojo leyin
  • Oshudi eereko

Estos son los nombres de los awo que realizaron la adivinación para Olayri, la madre de Ejiogbe, cuando la gente estaba haciendo comentarios sarcásticos sobre los buenos trabajos que él realizaba. Olayri hizo un sacrificio con 4 palmas y 4 bolsas de sal. Después del sacrificio, la misma gente que despreciaba su trabajo comenzó a hacer comentarios favorables sobre Ejiogbe. Esto se debe a que nadie se pone sal en la boca para luego hablar mal de su trabajo. Tan pronto como la gallina se sienta a descansar sobre sus huevos, su voz cambiará.

17.- CÓMO EJIOGBE SE CONVIRTIÓ EN EL REY DE LOS OLODUS (APÓSTOLES).

Después de que los dieciséis Olodus llegaron al mundo, llegó el momento de elegir un líder entre ellos. Ejiogbe no fue el primer Olodu en venir al mundo, muchos otros lo habían hecho antes que él. Ante ellos, Oyekun Meyi, quien era el rey de la noche, había estado reclamando la antigüedad. Todos se volvieron hacia Orishanla (Dios, el hijo o el representante de Dios en la tierra) para que designara al rey de los Olodus.

Orishanla los invitó a todos y les dio una rata para compartir. Oyekun Meyi tomó una pata. Iwori Meyi tomó otra pata, Odi Meyi tomó la otra. Las otras partes fueron compartidas de acuerdo al orden convencional de antigüedad. A Ejiogbe, por ser muy joven, se le dio la cabeza de la rata. En orden de secuencia, Dios les entregó un pescado, una gallina, una guinea y finalmente un chivo, los cuales se compartieron en el orden establecido. En cada caso, Ejiogbe recibió la cabeza de cada uno de los animales sacrificados. Finalmente, Dios los invitó a que volvieran a verlo después de tres días para tomar la decisión final.

Cuando Ejiogbe llegó a su casa, hizo una adivinación y se le dijo que diera un macho cabrío a Eshu. Después de que Eshu comió el macho cabrío, le dijo a Ejiogbe que en el día señalado, debía asar un tubérculo de ñame y guardarlo en su bolsa junto con un güiro de agua. Eshu también le aconsejó que llegara tarde a la reunión de los Olodus en el palacio de Dios.

En el día señalado, los Olodus vinieron a invitarlo a la conferencia, pero él les dijo que estaba asando ñame en el fuego para comer antes de ir a la reunión. Después de que se marcharon, sacó el ñame, lo peló y lo guardó dentro de su bolso junto con un güiro de agua. En su camino hacia la conferencia, se encontró con una anciana, tal y como Eshu le había dicho, y siguiendo su consejo, le cargó el montón de leña que ella llevaba porque estaba tan cansada que apenas podía caminar. La mujer agradecida aceptó la ayuda y se quejó de que estaba terriblemente hambrienta. Al instante, Ejiogbe sacó el ñame y se lo dio para comer. Después de comer el ñame, la anciana le pidió agua, que él también tenía consigo.

Una vez pasado este momento, cargué la leña mientras caminaba junto a la anciana. No sabía que la mujer era la madre de Dios el Hijo. Al ver que yo estaba apresurado, me preguntó hacia dónde me dirigía con tanta prisa. Le respondí que ya era tarde para llegar a la conferencia en la que Orishanla (Dios) iba a designar un rey entre los Olodus. Me expresó que, de todos modos, me tomara mi tiempo, ya que yo era demasiado joven para aspirar al reinado de los dieciséis apóstoles de Orunmila.

La mujer reaccionó y me aseguró que yo iba a ser nombrado rey de los apóstoles. Al llegar a su casa, me pidió que depositara la madera en la parte trasera. Fue al identificar la casa de Orishanla cuando comprendí que la mujer a la que había estado ayudando no era otra que la madre de Dios el Hijo. Entonces suspiré aliviado. Me dijo que la acompañara al interior de la vivienda. Ya adentro, ella sacó dos piezas de tela blanca, me ató una en el hombro derecho y otra en el hombro izquierdo. Luego, colocó una pluma roja de cotorra en mi cabeza y me puso yeso blanco en las palmas de las manos.

Luego, me mostró las 1.460 piedras que se encontraban en frente de la casa de Orishanla y me orientó que fuera y me parara encima de la piedra blanca que estaba en el medio. Con mis nuevos vestidos, fui y me paré allí mientras los demás esperaban en la cámara exterior de Dios. Pasado algún tiempo, Dios les preguntó a los demás por quién estaban esperando aún y ellos respondieron que esperaban por mí, Ejiogbe. Orishanla les pidió que le informaran el nombre del hombre que se encontraba parado afuera. Ellos no pudieron reconocerme como Ejiogbe. Orishanla les dio instrucciones para que fueran y me mostraran sus respetos. Uno tras otro se postraron y tocaron el suelo con sus cabezas al pie de donde yo estaba parado.

Después de esto, Dios proclamó formalmente a Ejiogbe como rey de los Olodus de la casta de Orunmila. Casi unánimemente, los demás Olodus murmuraron molestos y no disimularon su desaprobación ante el nombramiento de un Olodu joven como jefe entre ellos. En este punto, Dios preguntó cómo habían compartido los animales que les había dado durante el período de prueba de siete días. Ellos explicaron la forma en que lo habían hecho. Dios les preguntó quién había estado recibiendo las cabezas de cada uno de estos animales y ellos confirmaron que en cada caso le habían estado dando las cabezas a Ejiogbe. Orishanla entonces exclamó que habían sido ellos los que inconscientemente habían designado a Ejiogbe como su rey, ya que cuando la cabeza está separada del cuerpo, el resto ya no tiene vida. Con esto, ellos se dispersaron.

Cuando los Olodus abandonaron la casa de Orishanla, decidieron mantener a Ejiogbe a distancia. No solo se pusieron de acuerdo para no reconocerlo, sino que también decidieron que no iban a servirlo ni visitarlo. Antes que se dispersaran Ejiogbe compuso un poema el cual utilizó como un encantamiento.

Oja nii ki owo won jaa.
Owuwu oni koo wo wanwuu.
Ikpe akiko kiliga akika deonu.
Etuu kii olo tu won ni mo.
Ikpe orira kli gun orire deenu
inu lo otin ire afo obire waa”.

Con este encantamiento especial el esperaba neutralizar todas las magnitudes en su contra. A este fin utilizó hojas especiales. Después de este incidente, ellos le manifestaron que antes que pudieran aceptarlo como rey, él tenía que comer con todos ellos:

  • 200 güiros de ñame machacado
  • 200 ollas de sopa preparada con diferentes clases de carne
  • 200 güiros de vino
  • 200 cestas de nueces de kola, etc.

Se le dio a Ejiogbe siete días para preparar una comida, y parecía imposible para él cumplir con la tarea porque sabía que no tenía suficiente dinero. Ejiogbe se sentó y se lamentó de su pobreza y de tener que ser un simple pastor. En ese momento, Eshu se acercó para conocer la causa de su melancolía. Ejiogbe explicó que no contaba con los fondos para costear la comida detallada que se requería antes de que pudieran aceptar someterse a él.

Eshu le dio una solución al problema diciendo que podía ayudar a Ejiogbe si le daba otro macho cabrío. Ejiogbe no perdió tiempo en darle otro macho cabrío a Eshu. Después de comerse el macho cabrío, Eshu aconsejó a Ejiogbe que preparara una porción de cada una de las cosas requeridas para la comida y que tuviera 199 recipientes adicionales para cada cosa y que los alineara en el recinto donde se iba a celebrar la comida en el día señalado. Ejiogbe siguió el consejo de Eshu.

Mientras tanto, los Olodus se estaban burlando de Ejiogbe porque sabían que no podía costear la comida. Al llegar el séptimo día, los Olodus visitaron a Ejiogbe preguntando si estaba listo para la comida. Como no escuchaban el sonido de la mano del mortero procedente de la cocina, supieron que no habría comida. Mientras tanto, Eshu fue al recinto donde se iba a celebrar la comida y le ordenó al preparado único que se multiplicara. Al instante, todos los recipientes, como güiros, ollas, cestas, etc., se llenaron con preparados frescos y la comida estuvo lista.

Tan pronto como Oyekun Meyi llegó al recinto donde se iba a celebrar la comida y descubrió lo que estaba sucediendo, se sorprendió al ver que la comida estaba lista finalmente. Sin esperar a una invitación formal, se sentó y se sirvió de la comida. Lo siguieron Iwori Meyi, Odi Meyi, Obara Meyi, Okonron Meyi, Irosu Meyi, Owara Meyi, Ogunda Meyi, Osa Meyi, Otuu Meyi, Irete Meyi, Eka Meyi, Eturukpon Meyi, Osha Meyi y Ofun Meyi. Antes de que se dieran cuenta, todos habían comido y bebido hasta saciarse.

Después de la comida todos cargaron a Ejiogbe sobre sus cabezas y comenzaron a bailar en una procesión, cantando:

“agbee Geoge
agbee Babaa
agbee Geoge
agbee Babaa”.

Bailaron la procesión atravesando el pueblo. Cuando llegaron a la orilla del mar, Ejiogbe les dijo que lo bajaran y cantó en alabanza a los awos que hicieron adivinación para él y del sacrificio que el hizo. Con esto, fue formalmente coronado jefe de los apóstoles de Orunmila con el título de Akoko Olokun. En este punto, sacrifico cuatro caracoles obtenidos de la orilla del mar y este fue el último sacrificio que hizo antes de hacerse próspero y su reinado empezara a florecer.

18.- LUCHA ENTRE EJIOGBE Y OLOFEN.

En su papel como rey de los olodus, Ejiogbe se hizo muy conocido y rico. Sin embargo, preocupado por la presencia de un rey poderoso en su territorio, Olofen, el gobernante tradicional de Ife, organizó un ejército para luchar contra Ejiogbe.

Mientras tanto, Ejiogbe tuvo un sueño en el que vio un ataque inminente sobre él. Entonces invitó a un awo llamado Oole Jagida, Olupé Kperoja, para que hiciera una adivinación para él. Se le dijo que buscara un puercoespín que debía ser utilizado para preparar una comida, aunque se le comunicó que no comiera de él. El resto de los presentes sí comieron del puercoespín y la conspiración en su contra se deshizo.

Pero no mucho tiempo después, cuando Olofen vio que Ejiogbe seguía siendo popular, organizó otro grupo para pelear contra él. Nuevamente, Ejiogbe acudió al mismo awo, quien le aconsejó que buscara un erizo para otro sacrificio. El sacerdote de Ifa agregó las hojas pertinentes y lo utilizó para preparar otra comida, advirtiéndole a Ejiogbe que no comiera de él. Después de la comida, los designados por Olofen para luchar contra él se sintieron abochornados y no quisieron darle la cara a Ejiogbe.

En cada una de las comidas, el awo recolectó las cabezas, las pieles y los huesos de los animales. Cuando Olofen descubrió que Ejiogbe aún estaba en el pueblo y seguía siendo popular, exhortó a la gente a que lo expulsaran abiertamente de allí. Ejiogbe acudió nuevamente al awo, quien le aconsejó que obtuviera un macho cabrío y un antílope completo para un sacrificio especial a Eshu. Ejiogbe obtuvo los dos animales, los cuales fueron utilizados para hacer el sacrificio.

El awo utilizó la carne para preparar otra comida, de la cual se le dijo a Ejiogbe que no comiera. La gente insistió en que tendrían que expulsarlo de Ife, pero por mucho que lo intentaron, no lo lograron. En este punto, Olofen decidió adoptar una estrategia nueva e invitó a Ejiogbe para que pasara tres días y asistiera a una reunión en su propio palacio. En el día señalado, Olofen le pidió a sus verdugos reales que prepararan una emboscada para Ejiogbe y lo asesinaran cuando fuera o regresara del palacio.

Antes de dirigirse al palacio de Olofen, Ejiogbe visitó el lugar sagrado de Eshu con nueces de kola, una cucharada de aceite de palma y un caracol para invocarlo con un encantamiento y pedir su compañía durante el viaje, ya que desconocía las conspiraciones que le esperaban. Antes de partir, hizo su propio encantamiento en el suelo. Atravesó todas las emboscadas sin incidentes y llegó al interior del palacio sin problemas.

Olofen se sorprendió al verlo y, como no había nada concreto que discutir, la reunión terminó como comenzó. Olofen estaba seguro de que la emboscada lo sorprendería cuando Ejiogbe volviera a su casa. Los asesinos estaban esperando para atacarlo, pero llegó el momento en que Eshu intervino. Tan pronto como Ejiogbe se acercó al lugar de la emboscada, Eshu llamó al antílope con el que se había hecho el sacrificio anteriormente para que se volviera entero nuevamente y saltara en medio de los asesinos emboscados. Casi inmediatamente, todos abandonaron su vigilia y persiguieron al antílope hasta que llegaron al palacio de Olofen.

Cuando el antílope entró en el palacio de Olofen, se produjo una confusión general y hubo una lucha descomunal en el pueblo de Ife. En medio de la conmoción, Ejiogbe caminó en paz hacia su casa sin que lo molestaran. Olofen acusó a los asesinos que envió a acechar a Ejiogbe de no cumplir sus órdenes, por lo que todos fueron encarcelados. Ejiogbe regresó posteriormente al palacio para apaciguar la confusión que había sido creada por el misterioso antílope. Utilizó su bandeja de adivinación y otro encantamiento para devolver la paz y la tranquilidad una vez más a Ife.

Después de esto, Ejiogbe invitó a todos los sacerdotes de Ifa, jefes y mayores del pueblo a una comida preparada con una vaca, chivos y gallinas en agradecimiento a Orunmila, la divinidad de la sabiduría. Después de la comida, decidió nunca más asociarse con Olofen. Entonces cantó en alabanza del awo que lo acompañó durante el tiempo en que Olofen lo molestó y de Eshu, quien utilizó el antílope con el que hizo sacrificio y dispersó a sus enemigos. Es por esta razón que todos los hijos de Ejiogbe en Ogboddun tienen prohibido el puercoespín, el erizo y el antílope hasta hoy en día debido a que estos fueron los animales que utilizó para frustrar los malvados planes de Olofen en su contra. Esto también explica por qué los hijos de Ejiogbe no se llevan muy bien con cualquier oba o rey en sus dominios.

19.- EJIOGBE LUCHA CON LA MUERTE.

Se sabe ahora que Ejiogbe sufrió a manos de todos sus enemigos imaginables debido a que se dedicó a defender el bien común. Tuvo problemas tanto con los laicos como con los sacerdotes, sus familiares, divinidades hermanas y el rey. Finalmente, llegó su turno para enfrentarse a la muerte en un combate. El awo que hizo la adivinación para él en esta ocasión se llamaba «iku Kii Ja Niye Olodumare», que significa «La muerte y la enfermedad no hacen la guerra en la casa de Dios».

A Ejiogbe se le dijo que moriría antes de que terminara el año, a menos que hiciera un sacrificio con 200 campanas y un macho cabrío para Eshu. Las campanas sonarían siempre porque nunca mueren. Fueron preparadas por dos awos para que él las sonara cada mañana. Gracias a esto, pudo sobrevivir hasta el final de ese año y más allá. Este tipo de sacrificio se hace cuando Ejiogbe aparece en la adivinación y predice la muerte del solicitante.

Cuando la muerte vio que Ejiogbe había sobrevivido ese año, ideó otro plan para acabar con él en un plazo de siete días. Tan pronto como la muerte reafirmó su malvada estrategia, Ejiogbe tuvo un sueño en el que veía a la muerte revoloteando a su alrededor. Rápidamente invitó a uno de sus sustitutos para que hiciera la adivinación para él.

El awo llamado Una Oke, Rororo Moota, le dijo que la muerte lo había marcado para ser sacrificado en un plazo de siete días, y le aconsejó hacer un sacrificio con un macho cabrío, un gallo y 20 nueces de kola. El macho cabrío y el gallo debían ser ofrecidos a Eshu, y debía romper una nuez de kola para Ifa cada día durante un período de 20 días. Debía apretar las nueces de kola partidas sobre semillas de Ifá (ikin) y mientras lo hacía debía recitar: «Permítanme vivir para partir una nuez de kola para Ifá al día siguiente. Quien quiera que parta nueces de kola para ikin nunca morirá». Al final, vivió durante los siguientes cincuenta años.

20.- RASGOS NOTABLES DE EJIOGBE.

En un poema especial de Ejiogbe se revela que si él aparece en Ugbodu para una persona de tez blanca o clara, se debe revisar minuciosamente la paternidad de la persona, ya que podría haber alguna duda al respecto. Insiste en que, si no se examina la verdad acerca del origen del neófito, el riesgo de muerte prematura es muy real. Dice que nadie deberá culpar a Orunmila de la muerte del iniciado si no se revela la verdad acerca de la duplicidad de su paternidad. Añade que la persona no podrá prosperar en la vida, especialmente si es de baja estatura.

Por otro lado, enfáticamente proclama que, si él aparece en Ugbodu para una persona de tez oscura y alta, esta deberá ser un verdadero hijo de Ejiogbe. No solo prosperará, sino que será famoso y popular. Seguramente se le conferirá un título tradicional o estatal más adelante en la vida, siempre que limpie el camino para que Ifá lo ayude. La persona no será dada a hacer juegos sucios o ambigüedades. El iniciado de Ejiogbe de baja estatura y tez clara es el que se dedica a la traición y la mala fe. En general, los hijos de Ejiogbe tienen muchos obstáculos difíciles de cruzar antes de ver la luz.

Sin embargo, todos los hijos de Ejiogbe deben abstenerse de comer carne de antílope, erizo y puercoespín. Además, deben evitar comer plátano y ñame rojo para evitar el riesgo de dolor de estómago. Cuando Ejiogbe ayuda a alguien, lo hace de manera sincera. Si se le provoca para que agreda, destruirá de manera irreparable. Los hijos de Ejiogbe son también muy perseverantes e indulgentes. Al mismo tiempo, es capaz de cambiar fortunas, ya que Orunmila no cree en imposibles, tal como se puede ver en el siguiente poema compuesto por Ejiogbe:

“Las personas sensatas no escuchan al pájaro cantar cantos de dolor.
Las dificultades y los problemas le sacan al hombre lo mejor de sí.
La paciencia y el sacrificio hacen que lo imposible sea posible.
Denme un problema difícil de resolver de manera que los que dudan puedan creer.
Denme una guerra para pelear de manera que los mortales
puedan comprender la fuerza de las divinidades.
Aprender de desgracias pasadas es sabio.
No aprender de errores pasados es tonto.
La persona que no hace sacrificio vindica al adivinador.
Tal y como el que ignora el consejo convierte al consejero
en evidente.”

El hombre que aprende de los errores y el hombre que no aprende de ellos (Ajaaghon y Aagabon) fueron los dos sustitutos de Ejiogbe que realizaron una adivinación para la tierra de los conflictos. Aconsejaron a la gente que hiciera un sacrificio con siete perros, siete tortugas y siete caracoles para liberarse de los conflictos constantes. Se reunieron y llevaron a cabo el sacrificio. Dos de cada material del sacrificio fueron ofrecidos a Oggún, quien junto con Osain siempre estaba generando conflictos para el pueblo.

Dos de cada víctima del sacrificio, excepto los caracoles, fueron entregados a Osain. Cuatro caracoles fueron ofrecidos a la divinidad del suelo. Los tres perros restantes fueron preparados y liberados en el pueblo. Debido a este sacrificio, algunos hijos de Ejiogbe son aconsejados a criar perros. Los perros pronto comenzaron a reproducirse y multiplicarse. Cada vez que Oggún comenzaba a causar problemas en el pueblo, los perros ladraban. Oggún perseguía a uno de los perros para matarlo y comérselo, abandonando así su misión.

Por otro lado, cada vez que Osain se acercaba al pueblo para causar caos, el suelo liberaba una gran cantidad de caracoles que llenaban su camino. La vista de los caracoles siempre lo molestaba y se iba corriendo. Así, la paz y la concordia reemplazaron la confusión y la discordia que prevalecía en el pueblo. Esto explica por qué los perros ladran a los sacerdotes de Oggún hasta el día de hoy. Normalmente, cuando Ejiogbe aparece en Ugbodu durante una ceremonia de iniciación, antes de que termine, debe haber una lluvia abundante. El sacerdote de Ifá que hizo esta revelación confesó que había tenido una experiencia personal.

Durante su propia ceremonia de iniciación en 1953, hacía más de cinco meses que no llovía en Ondo. Incluso el Osowawe de Ondo había invitado a sacerdotes de lluvia para que la indujeran, pero no se producía ningún aguacero. Cuando se estaba preparando el sacrificio a su Ifá, que resultó ser Ejiogbe, los awos le dijeron que antes de que el sacrificio fuera completado, se produciría una lluvia muy abundante.

En ese momento, el calor del sol era tan intenso que desechó la predicción de los awos como si no tuviera valor alguno. Antes de que el sacrificio llegara a la mitad, el tiempo ya había cambiado. Cuando se le dijo que llevara el sacrificio al lugar sagrado de Eshu, la lluvia era tan pesada que le resultaba imposible llegar debido a las corrientes. Según el sacerdote, Awo Omoruyi, ese fue el primer milagro que Orunmila hizo por él. Desde entonces, ha tenido otras experiencias.

21.- EL ACERTIJO DE LOS AWOS.

El rey de Ife quería probar la habilidad de Orunmila y otros awos en la adivinación. Para hacerlo, preparó un guira con materiales específicos y lo depositó en un lugar sagrado de Ifá. Todos los awos intentaron adivinar lo que había dentro, pero fracasaron hasta que llegó el turno de Ecku, un awo con el título de jefatura y cuatro esposas.

Ecku llamó a Ejiogbe con su vara de adivinación y pudo revelar los materiales utilizados en el sacrificio: esponja y jabón utilizados para bañar a una novia, madera roja e indiana de color negro. El rey quedó satisfecho con la respuesta que obtuvo y Ecku ganó en popularidad al ser capaz de adivinar correctamente.

Es interesante notar que el rey intentaba reducir la creciente popularidad de Orunmila y otros awos, pero en cambio, la historia muestra que su prueba solo sirvió para aumentar la reputación de Ecku. Esto sugiere que el destino y la habilidad de los awos no pueden ser manipulados por los poderosos.

22.- POEMA DE EJIOGBE PARA EL PROGRESO Y LA PROSPERIDAD.

  • Eni: Shee inoo ni moo
  • Eji: Jiji le okpon agbo oji-eejaa.
  • Eta: Maa taaku nu, maa taarun dearun.
  • Erin: Bi a baarin, adife ooye la agbo.
  • Erun: Maarun kaasha, maada mi.
  • Efa: Efa ule, efa omo ouniti orukoo.
  • Eje: Bi aghoro ba tii shoro, aakiije.
  • Ejo: Uwaami aajo, eyin mi aajo.
  • Eson: Uwaami aasuen, eyinmi aasuen.
  • Eno: Inco walo aye, kurolita.
  • Okonla: Elereni eleno diiro alara, eleno diiro ajero, eleno odiro oba ado, ooni oka siru eleno diiru ro. Osemowe aamu udu ghaaran eleno diirure, orunmila one kikan eekekun ro rabe eleno diiru re. Ta ago, teeru niiso ni ilé oloja gbeleni soomi eeton ni nuule alade aasofun ploware yo aalesio.

TRADUCCIÓN

  • Uno: Una persona agrega a lo que ya tiene.
  • Dos: No importa cuánto se muevan los testículos del carnero, ellos no se separan del cuerpo.
  • Tres: Yo sobreviviré a las frías manos de la muerte.
  • Cuatro: Una larga discusión le lleva a uno tan lejos como ife.
  • Cinco: Yo como fuego, me lo tragare.
  • Seis: La azada trae al hogar regalos de dentro y fuera de la casa.
  • Siete: Cuando un sacerdote sirve a su divinidad, esto dura siete días.
  • Ocho: Yo prosperare en la vida como en el mas allá.
  • Nueve: Yo tendré éxitos en la vida y en tiempos venideros.
  • Diez: El ayo solamente puede jugarse en su recipiente.
  • Once: A los reyes de ara, ijero y benin se le obsequian cajas de regalos respetables. Las reglas de los ooni de ife, osemawe de ondo y orunmila tambien son presentados en múltiplos. Las uñas de un tigre no se utilizan como cuchillos para arañar el cuerpo humano. El portador de obsequios descarga su equipaje ante el mayor a quien están consignados. La carga y la descarga al igual que las idas y las venidas nunca terminan en la casa de las hormigas/comejenes. A la persona se le deberá decir después de la ceremonia especial que acompaña este poema que el progreso y los logros siempre le acompañaran. Se requiere de mucha persuasión antes que los awos accedan a realizar esta ceremonia especial para los hijos de Ejiogbe.

23.- APETEBI MOLESTA A EJIOGBE.

Se sabía que Ejiogbe era particularmente paciente y tolerante. Un día, una de sus esposas lo irritó tanto que abandonó la casa molesto. En el camino, se encontró con diferentes agentes de destrucción, como Eshu, brujería, duendes, enfermedades y la muerte, quienes le preguntaron hacia dónde se dirigía con tanta furia. Él les respondió que se iba de la casa debido a su esposa, quien no le permitía tener paz de espíritu. Cada uno de ellos prometió regresar a la casa con él para ocuparse de la esposa que lo había ofendido.

Esa noche, la esposa tuvo un sueño que le dio tanto miedo que decidió hacer adivinación por la mañana. Se le dijo que la desgracia, la enfermedad y la muerte súbita la seguían debido a que Orunmila había informado del asunto a los altos poderes. Se le aconsejó que limpiara la casa, lavara las ropas de Ejiogbe y que preparara una comida en múltiplos de cinco con sopa, ñame machacado, carnes, vinos, nueces de kola, agua, etc. por el regreso del esposo y que, de rodillas, le presentara la comida tan pronto como regresara a la casa. Ejiogbe estuvo alejado durante cinco días. Al quinto día, cuando regresó, las cinco divinidades lo acompañaron a la casa. Cuando llegaron a la entrada principal, él les dijo que esperaran y fue por la puerta trasera.

La esposa, llorando, se arrodilló para abrazarlo y solicitarle que la perdonara. Ella le dio la comida múltiple, una por cada día que estuvo alejado. Debido a su buen corazón, Ejiogbe cogió la comida y se la dio a las cinco divinidades que estaban afuera. Después de comer, ellas se movieron para atacar a la mujer, pero Ejiogbe les dijo que ella había expiado sus transgresiones al preparar la comida que habían disfrutado. Les recordó la regla divina de que uno no mata a quien lo alimenta. Fue así como salvó a su esposa de la destrucción. Por lo tanto, cuando Ejiogbe sale en la adivinación para una mujer casada, se le debe decir que prepare la comida mencionada anteriormente en múltiplos de cinco porque ha ofendido tanto a su esposo que las divinidades destructoras están influidas por la ira.

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